El Buda en reposo representa la paz profunda, la serenidad mental y el estado de calma alcanzado a través del equilibrio interior. Su postura relajada, recostado sobre su costado, simboliza el descanso del cuerpo y la claridad de la mente, invitando a la contemplación y al desapego de las preocupaciones cotidianas.
Esta representación se asocia con la introspección, la armonía emocional y la búsqueda de tranquilidad interior. Es una figura vinculada al bienestar espiritual y a la creación de ambientes propicios para la relajación, el silencio y la reflexión.

